
Durante su visita al Catatumbo, el presidente Gustavo Petro destacó la decisión del Frente 33 de dar pasos hacia la paz e invitó al Eln a hacer otro tanto, ya que –dijo– “todavía tiene una oportunidad”.
“Yo no quiero que el Catatumbo sea como a principios de este año: un territorio de sangre y de venganza, porque la venganza también es fruto de la sangre derramada”, dijo.
En este sentido, manifestó: “Tengo que agradecerle al Frente 33, que también tenía la oportunidad de escoger en otras regiones el dinero traqueteando para comprar fusiles y traer muchachos, a veces pagos” (…), pero “acogió el consejo del presidente de la República y decidió no irse a la venganza, sino irse a una zona de concentración, de paz y mostrar un camino de paz”.
“Si decidieron dejar la violencia, yo los abrazo”, expresó.
El mandatario fue enfático al dirigirse a los funcionarios públicos relacionados con este proceso: “No quiero saboteadores dentro del gobierno ni obstáculos, para que el pueblo vea que es posible la paz en Colombia, porque nos quieren mantener en cien años de soledad, matándonos unos contra otros, todos los días, todos los años, durante un siglo, por generaciones”.
Recalcó que si eso pasa, “yo aquí a esos funcionarios los saco de inmediato: la paz va porque va”.
“Yo creo que el camino del Catatumbo es la paz, no la sangre. No es la venganza, es la reconciliación, si ellos van a esa zona ya acordada”, subrayó.
Como se recuerda, el Gobierno nacional y representantes del Frente 33 del EMBF (Estado Mayor de los Bloques y Frentes) de las Farc-EP anunciaron el pasado domingo el acuerdo para establecer una Zona de Ubicación Temporal (ZUT) en el área rural del municipio de Tibú, Norte de Santander, con el fin de alojar allí a los integrantes de este grupo armado ilegal.
Llamado al Eln
Respecto al Eln, el presidente Petro declaró que “todavía tiene una oportunidad. Yo no cierro las puertas. Lo que pasa es que para ellos es cada vez más difícil, entre más sangre tengan en la espalda y en el corazón; pero tienen la oportunidad”.
Advirtió, sin embargo, que esa oportunidad no es a través del negocio de la cocaína, que lo manejan los carteles mexicanos. “Un ejército a órdenes de los carteles mexicanos en el Catatumbo es una pérdida de soberanía nacional para Colombia y para Venezuela también”, explicó.
El presidente consideró que esa oportunidad no se puede interpretar por parte del Eln como una rendición.
“No es una rendición. Es poder aportarle a este país, como hubiera querido el sacerdote Camilo Torres Restrepo. Pero eso se hace ya no en la guerra. La guerra es de los traquetos. Eso se hace en la paz. La paz es de los revolucionarios”, puntualizó.