
El presidente Gustavo Petro destaca en X el descenso de la tasa de desocupación a su punto más bajo del siglo, atribuyendo el éxito a un nuevo modelo económico que prioriza sectores clave y desafía paradigmas económicos tradicionales.
El panorama laboral en Colombia ha sido el centro de atención esta semana, luego de que el presidente Gustavo Petro celebrara en su cuenta de X (anteriormente Twitter) una noticia de gran impacto: la tasa de desocupación laboral ha alcanzado el nivel más bajo del siglo.
Este logro, según el mandatario, es un «éxito indudable de la política económica del gobierno», que atribuye a una reorientación estratégica hacia la agricultura y la industria, así como a la desaceleración de la dependencia de los combustibles fósiles.
El presidente Petro ha encendido el debate económico al cuestionar la correlación tradicional entre el crecimiento del PIB y la creación de empleo, y al refutar las teorías que vinculan el aumento de salarios con la disminución del empleo, calificándolas de «ideología crematística» y no de ciencia económica.
Un nuevo rumbo económico: Agricultura e industria al frente
El enfoque de la administración Petro en la economía real parece estar dando frutos.
El presidente ha enfatizado que la clave para la notable reducción del desempleo radica en la priorización de sectores históricamente fundamentales como la agricultura y la industria.Esta estrategia busca fomentar la producción interna, generar valor agregado y, consecuentemente, crear más puestos de trabajo en actividades productivas tangibles.
Tradicionalmente, Colombia ha dependido en gran medida de los combustibles fósiles, una dependencia que Petro ha calificado como causante de la «enfermedad holandesa».
Este fenómeno económico se refiere a cómo la bonanza de un recurso natural puede debilitar otros sectores de la economía, al apreciar la moneda y hacer que las exportaciones no relacionadas con el recurso sean menos competitivas. Al «hacer retroceder» esta dependencia, el gobierno busca diversificar la economía y fortalecer los cimientos de la producción local, generando un impacto positivo directo en el empleo.
El enigma del empleo y el PIB: Desafiando la ortodoxia
Una de las afirmaciones más provocadoras del presidente Petro es la que plantea una aparente desconexión entre el crecimiento del empleo y las bajas tasas de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB).
«Crece el empleo tanto a pesar de bajas tasas de crecimiento del PIB», señaló Petro, «porque el crecimiento del PIB no mide el crecimiento de la economía real».
Esta perspectiva sugiere que las métricas tradicionales del PIB pueden no reflejar con precisión la vitalidad económica en todos sus aspectos, especialmente en lo que respecta a la generación de empleo en la base productiva del país.
Para el gobierno, la priorización de la economía real, es decir, la producción de bienes y servicios estaría generando empleo incluso si las cifras globales del PIB no muestran un dinamismo similar.
Esto podría indicar que los beneficios de las políticas económicas se están distribuyendo de manera más efectiva en la base social y productiva, en lugar de concentrarse en sectores que no generan una gran cantidad de empleo directo.
Salarios y empleo: ¿Ideología o ciencia económica?
El presidente Petro también aprovechó la oportunidad para criticar vehementemente a los presidentes de gremio que, según él, «se equivocan tanto al decir que, si suben los salarios, baja el empleo».
Para Petro, estas declaraciones «no expresan teoría económica sino ideología crematística», refiriéndose a la ideología neoliberal, que él disocia de la ciencia económica.
Esta afirmación reaviva un debate clásico en la economía.
Mientras que algunas corrientes económicas argumentan que aumentos salariales desmedidos pueden reducir la rentabilidad empresarial y, por ende, la demanda de mano de obra, el presidente Petro se alinea con una visión que postula que salarios dignos pueden estimular la demanda interna, mejorar la productividad y generar un círculo virtuoso de crecimiento económico y empleo.
La referencia a que «los grandes economistas nunca hablaron de la existencia de un mercado laboral» sugiere una crítica a la mercantilización del trabajo y una visión que privilegia la dignidad humana y el bienestar sobre las consideraciones puramente de mercado en el ámbito laboral.
Conclusión: Un desafío a los paradigmas y una apuesta por la economía real
La celebración del presidente Petro por la baja tasa de desempleo marca un momento significativo para Colombia.
Su discurso no solo resalta un logro en el ámbito laboral, sino que también establece un claro contraste con las políticas económicas previas, desafiando las nociones convencionales sobre el crecimiento del PIB y la relación entre salarios y empleo.
Con la agricultura y la industria como pilares y un alejamiento de la dependencia de los combustibles fósiles, el gobierno de Petro busca consolidar un modelo económico que priorice la generación de empleo y el bienestar de la «economía real».
Por: Ricardo Collazos.