
La abrupta salida de Alfredo Saade, jefe de gabinete del presidente Gustavo Petro, responde a una inminente suspensión de la Procuraduría por irregularidades en la gestión de pasaportes.
En un movimiento estratégico, Petro lo reubica como embajador en Brasil, pero la sanción podría poner en jaque su futuro en el Gobierno.
Una salida precipitada por líos con los pasaportes
Alfredo Saade, una de las figuras más controversiales del gobierno de Gustavo Petro, dejó su cargo como jefe de gabinete el pasado viernes tras una suspensión de tres meses impuesta por la Procuraduría.
El TIEMPO.COM público que tuvo acceso a un documento del ente de control al que tuvo acceso, fechado el 15 de agosto, el ponente Esiquio Sánchez decidió apartarlo temporalmente mientras avanza la investigación disciplinaria por su manejo del proceso de expedición de pasaportes.
La Procuraduría argumenta que Saade, al permanecer en el cargo, podría interferir en la implementación del nuevo modelo de emisión de este documento clave, afectando el derecho a la libre movilidad de los colombianos.
Saade, conocido por su lealtad inquebrantable al presidente y su papel en la campaña electoral de 2022, se había convertido en los últimos dos meses en una figura omnipresente en Palacio, siendo señalado como un «peaje» para acceder a Petro. Sin embargo, su ausencia en un acto público en Boyacá el pasado jueves marcó el inicio de su salida, que se concretó con el anuncio de su designación como embajador en Brasil, un puesto vacante desde la renuncia de Guillermo Rivera.
Irregularidades que comprometen a Saade
El caso que desencadenó la suspensión se centra en la gestión de los pasaportes.
Según el expediente de la Procuraduría, Saade, sin tener competencias legales, dio órdenes directas a funcionarios de la Cancillería para «racionalizar» la asignación de citas de pasaportes, buscando extender la disponibilidad de libretas
Estas instrucciones, emitidas el 27 de junio, dos días después de asumir como jefe de gabinete, ignoraron advertencias de funcionarios, incluido el viceministro Mauricio Jaramillo, quienes indicaron que el proceso requería una transición de seis a nueve meses.
Saade, según el ente de control, insistió en acelerar el trámite para firmar un contrato con Portugal y delegar la producción a la Imprenta Nacional, desoyendo protocolos y generando tensiones internas. Estas acciones, que incluyeron la imposición de tareas ajenas a funcionarios y extralimitación de funciones, podrían configurar hasta tres faltas disciplinarias graves, según los artículos 38, 39 y 55 del régimen disciplinario.
Un movimiento estratégico de Petro
La decisión de Petro de mover a Saade a la embajada en Brasil busca mantenerlo dentro del Gobierno, ya que la suspensión solo aplica a su rol como jefe de gabinete.
Sin embargo, esta jugada no lo blinda completamente: si la Procuraduría lo encuentra responsable, Saade podría enfrentar destitución e inhabilitación, lo que lo obligaría a abandonar cualquier cargo público, incluyendo la embajada.
Este escenario también pone en riesgo a otros funcionarios de Cancillería e Imprenta involucrados en el caso.
Polémicas que marcaron su paso por Palacio
Desde su llegada a la Casa de Nariño, Saade generó controversia.
Sus declaraciones, como la reciente referencia al asesinato del senador Miguel Uribe Turbay, comparando la política con «montar bicicleta» por sus riesgos, desataron críticas incluso dentro del Gobierno.
Además, su intervención en la licitación de pasaportes provocó la salida de Laura Sarabia de la Cancillería, quien fue enviada como embajadora a Londres.
A pesar de las tensiones, Saade se mantuvo como un aliado clave de Petro, sentado en la mesa del consejo de ministros y consolidándose como una figura influyente.
¿Qué sigue para Saade y el Gobierno?
La designación de Saade como embajador en Brasil ha generado debate.
Mientras algunos ven en esta movida un intento de Petro por proteger a su alfil, otros advierten que la investigación de la Procuraduría podría tener consecuencias graves no solo para Saade, sino para la estabilidad del Gobierno.
El manejo de los pasaportes, un tema sensible que afecta a millones de colombianos, sigue bajo escrutinio, y la pregunta persiste: ¿Qué tan posible es que el país se quede sin pasaportes?
Por: Ricardo Collazos.