
AFP
Egan Bernal volvió a ser noticia en la Vuelta a España 2025. Esta vez, sin embargo, no fue por una hazaña deportiva, sino por una sanción económica impuesta tras la etapa 20. Según la organización, el pedalista incurrió en la práctica conocida como bidón pegado, una maniobra que el reglamento considera irregular y que puede otorgar una ventaja indebida al corredor.
Desde el comunicado oficial de los comisarios se detalló que Bernal infringió las normas al recibir un bidón de hidratación de forma antirreglamentaria. Durante el incidente, el coche del equipo Ineos Grenadiers se acercó al ciclista para entregarle la botella, y “en ese momento ambas partes ejercieron presión sobre el recipiente para generar un impulso adicional”, según se lee en el informe. Este tipo de asistencia, muy comentada en el pelotón, está prohibida por la Unión Ciclista Internacional y suele acarrear sanciones económicas inmediatas.
La multa aplicada al corredor ascendió a 200 francos suizos (CHF), equivalentes a aproximadamente 970.000 pesos colombianos, cifra que, aunque no afecta el bolsillo de un deportista de élite, sí representa un llamado de atención sobre la rigurosidad de los comisarios. Para muchos aficionados, la noticia sorprendió porque Bernal es un corredor reconocido por su disciplina y respeto a las reglas, por lo que esta falta se interpreta más como un descuido en un momento crítico que como un acto deliberado.
En el contexto competitivo, la sanción llega cuando apenas faltan horas para la clausura de la ronda española. Bernal ocupa el puesto 17 en la clasificación general, a 46 minutos y 26 segundos del líder, el danés Jonas Vingegaard, quien prácticamente aseguró el título tras sacar 1 minuto y 16 segundos a su más cercano perseguidor. Aunque el castigo no modifica posiciones, sí impacta la imagen del colombiano, que en ediciones anteriores se había mantenido lejos de este tipo de controversias.
Para quienes no están familiarizados con el término, el bidón pegado consiste en que, cuando un ciclista se queda rezagado, el vehículo de su equipo acelera hasta ponerse a su altura y le entrega un bidón mientras ambos ejercen presión sobre el objeto. Esta práctica puede dar un empuje adicional gracias al rebufo del coche, generando así una ventaja artificial. Aunque para algunos es “una costumbre de la vieja escuela”, para los jueces sigue siendo una falta grave al espíritu competitivo.
El episodio deja varias reflexiones. Más allá de la multa, este tipo de incidentes reabre el debate sobre el fair play y los límites del reglamento en las grandes vueltas. Para Bernal, en plena reconstrucción de su protagonismo en las carreteras europeas, cada detalle cuenta y cada error se magnifica. Lo cierto es que, con el triunfo de Vingegaard prácticamente sellado, la historia del “bidón pegado” quedará como una anécdota que recuerda que, en el ciclismo moderno, el cumplimiento de las reglas es tan importante como el rendimiento físico.
Por: Antena 2 – Jhon Edison Sandoval Castro