
En una noche cargada de emociones, el Deportivo Cali Femenino se alzó con el título de la Liga Femenina Colombiana tras vencer a Independiente Santa Fe en una definición por penales que mantuvo a los aficionados al borde de sus asientos.
Con un empate 1-1 en el marcador global, la tanda de penales fue el escenario donde las verdiblancas sellaron su gloria, lideradas por la impecable actuación de su portera Luisa Agudelo.
A continuación, te contamos todos los detalles de esta final inolvidable.
Un duelo de titanes en el terreno de juego
El encuentro entre Deportivo Cali Femenino e Independiente Santa Fe fue un choque de estrategias, garra y pasión.
Ambos equipos llegaron a la final con méritos suficientes, demostrando por qué son dos de los clubes más fuertes del fútbol femenino colombiano. Durante los 90 minutos, las defensas se impusieron, y aunque hubo oportunidades claras, el marcador no se movió más allá del empate 1-1 acumulado en la serie.
Santa Fe, con su característica intensidad, buscó romper el cerrojo defensivo del Cali, pero se encontró con una Luisa Agudelo en estado de gracia.
Por su parte, las verdiblancas apostaron por la velocidad de sus extremos y la solidez en el mediocampo, pero la portera Yéssica Velásquez también respondió con solvencia bajo los tres palos.
La tanda de penales: Donde se forjan las leyendas
Con el empate sellado tras el tiempo reglamentario, el destino del título se decidió desde los 11 metros. Los hinchas, tanto en el estadio como frente a las pantallas, contuvieron el aliento mientras las jugadoras se preparaban para la tanda de penales.
Las veladoras, los ruegos y la fe de ambas hinchadas se hicieron presentes, pero fue el trabajo en equipo y la precisión lo que marcó la diferencia.
Luisa Agudelo, la guardiana del arco verdiblanco, se convirtió en la heroína de la noche al detener el primer penal ejecutado por Mariana Zamorano, jugadora clave de Santa Fe. Este acierto dio confianza a sus compañeras, quienes no fallaron en sus cobros. Cada disparo del Cali fue un grito de esperanza, y cuando llegó el turno del penal definitivo, la explosión de júbilo no se hizo esperar.
Por: Ricardo Collazos.