
Un evidente desaire protocolario en la investidura del presidente ecuatoriano Daniel Noboa ha puesto de manifiesto la persistente tensión entre la presidenta de Perú, Dina Boluarte, y el mandatario colombiano, Gustavo Petro.
El incidente, donde Boluarte ignoró el saludo de Petro, reaviva un historial de fricciones diplomáticas y genera incertidumbre sobre el futuro de las relaciones entre ambas naciones andinas.
El gesto que habló más que mil palabras
El 24 de mayo de 2025, durante la ceremonia de investidura de Daniel Noboa en Ecuador, Dina Boluarte evitó el saludo directo de Gustavo Petro, un gesto que fue captado por las cámaras y rápidamente se viralizó en redes sociales y medios de comunicación.
Esta acción es interpretada como un claro reflejo de las profundas diferencias ideológicas y políticas que han marcado la relación entre ambos líderes desde hace más de dos años.
De «persona non grata» a esfuerzos de normalización
La tensión entre Petro y Boluarte se remonta a diciembre de 2022, cuando el presidente colombiano cuestionó la legitimidad del gobierno peruano tras la destitución de Pedro Castillo.
Sus declaraciones, que incluyeron comparaciones de la policía peruana con «nazis», llevaron al Congreso de Perú a declarar a Petro «persona non grata» en 2023 y al retiro de embajadores. Aunque en febrero de 2025 ambos países acordaron nombrar nuevos embajadores en un intento por normalizar los lazos diplomáticos, el reciente incidente sugiere que la distancia persiste.
El desaire en la investidura de Noboa subraya que, a pesar de los esfuerzos por recomponer la relación, las heridas diplomáticas entre Perú y Colombia aún no han cicatrizado.
Este incidente podría complicar la cooperación en la región andina y pone en tela de juicio la voluntad política de ambos gobiernos para superar sus diferencias en pro de intereses comunes.
El camino hacia una relación bilateral estable y armónica parece aún lejano.
Por: Ricardo Collazos