
La Cancillería de Colombia ha publicado un borrador de resolución que elimina el requisito de saber inglés, o cualquier otro idioma de la ONU, para ser nombrado embajador.
La propuesta, que responde a una directriz del presidente Gustavo Petro, busca «democratizar» el servicio exterior, pero ha encendido la polémica entre políticos y diplomáticos.
¿Qué propone el borrador de resolución?
El documento, que se encuentra en etapa de consulta pública hasta el 9 de agosto, modifica el Manual de Funciones del Ministerio de Relaciones Exteriores.
La justificación principal es que el dominio de un idioma extranjero no es «fundamental» para el desempeño de un embajador, ya que estos funcionarios actúan como «agentes directos del presidente de la República» en las relaciones internacionales.
La medida se enmarca en lo que el Gobierno denomina «acciones afirmativas», con el objetivo de reducir desigualdades y permitir que personas de grupos subrepresentados tengan mayor oportunidad de acceso a estos cargos.
Con ello, se busca cumplir la promesa de que «el hijo del campesino pueda ser embajador», tal como se lee en la memoria justificativa del borrador.
Voces en contra
La propuesta ha generado una fuerte controversia en distintos sectores, que alertan sobre una posible desprofesionalización del servicio exterior.
Desde el anuncio inicial del presidente Petro, el cuerpo diplomático y figuras políticas han expresado su preocupación.
Julián Silva, presidente de la Asociación de Diplomáticos de Carrera (Asodiplo), ha insistido en la necesidad de contar con personal «idóneo» y «especializado» para manejar las relaciones exteriores.
Por su parte, la representante Carolina Giraldo (Alianza Verde) calificó la medida de «cachetada» al servicio exterior, argumentando que «quitar requisitos no es democratizar la diplomacia: es convertir el servicio exterior en un club de favores políticos».
La senadora María Fernanda Cabal (Centro Democrático) también se sumó a las críticas, cuestionando si la medida busca favorecer a personas sin la preparación necesaria, como la recién nombrada jefe de despacho presidencial, Laura Sarabia. «Nos cuesta menos tener gente que hable inglés y está preparada para la diplomacia del país», señaló.
La diferencia entre embajadores de carrera y de libre nombramiento
Un punto clave en el debate es la distinción entre los diplomáticos de carrera y los embajadores de libre nombramiento.
A diferencia de los embajadores políticos, los diplomáticos de carrera sí deben acreditar un nivel B2 o superior en un idioma de uso diplomático para ingresar y mantenerse en el servicio.
Esta competencia es considerada por Asodiplo como una «herramienta clave» para ejercer sus funciones, y se reevalúa periódicamente.
La eliminación del requisito de idioma afectaría únicamente a los nombramientos directos del presidente.
La decisión final sobre el borrador de resolución se tomará después del 9 de agosto, una vez que se hayan revisado todos los comentarios de la consulta pública.
¿Logrará el Gobierno simplificar las designaciones, o la presión de los críticos obligará a replantear la medida?
Por: Ricardo Collazos.