
Las declaraciones racistas atribuidas al presidente Gustavo Petro han generado una crisis política en Colombia, con una contundente respuesta del excanciller Luis Gilberto Murillo, quien rechaza la «racialización del discurso» y apunta a una candidatura presidencial.
Este cruce de acusaciones expone las profundas heridas del racismo estructural y tensiones internas en el gobierno, avivando un debate nacional sobre inclusión y discriminación.
- Las declaraciones de Petro que encendieron la polémica
El presidente Gustavo Petro desató indignación con dos comentarios ampliamente criticados como racistas. En defensa de nombramientos controversiales en el Ministerio de la Igualdad, afirmó: «A mí nadie que sea negro me dice que hay que excluir un actor porno que creó un sindicato de trabajadores en París».
Además, expresó incredulidad sobre el magistrado afrodescendiente Gerson Chaverra: “No entiendo cómo un hombre negro puede ser conservador”.
Estas palabras, pronunciadas en un contexto de tensiones con la vicepresidenta Francia Márquez, fueron tildadas de «fascistas» por críticos como María Fernanda Cabal y acusadas de promover un discurso de odio.
- Murillo: Reivindicación afro y aspiraciones presidenciales
El excanciller Luis Gilberto Murillo respondió con un video viral el 17 de julio de 2025, calificando las declaraciones de Petro como «inaceptables» y rechazando la racialización del discurso político.
Su mensaje, presentado como parte de una campaña presidencial, evocó a Barack Obama, proyectando el liderazgo afrodescendiente como una vía para sanar las divisiones raciales en Colombia.
Murillo, con experiencia en organismos internacionales contra la discriminación, se posiciona como una alternativa frente a la polarización.
- Racismo estructural: La raíz del debate
La controversia refleja el racismo estructural arraigado en Colombia. Según el DANE, el 67% de la población étnica vive en condiciones de pobreza, con menor acceso a servicios básicos y una esperanza de vida más baja.
Datos de la Comisión de la Verdad muestran que los afrodescendientes representan el 38% de las víctimas del conflicto armado.
Este telón de fondo histórico y social subraya la urgencia de abordar la discriminación más allá de las palabras, enfrentando desigualdades sistémicas.
- Reacciones y polarización en la sociedad
La vicepresidenta Francia Márquez, símbolo de la lucha contra el racismo, denunció que el propio gobierno practica «racismo y patriarcado», exponiendo fisuras internas.
En redes sociales, el debate se polariza: mientras algunos defienden a Petro, otros condenan sus palabras como un retroceso en la lucha por la igualdad.
Los medios, a menudo criticados por reforzar estereotipos, enfrentan el desafío de construir narrativas inclusivas.
- ¿Hacia dónde va Colombia?
Esta crisis pone en jaque la credibilidad del gobierno Petro en su promesa de inclusión.
Las tensiones con Márquez y el ascenso de Murillo como líder alternativo plantean preguntas sobre el futuro de la agenda de igualdad.
La controversia, aunque dolorosa, podría ser una oportunidad para confrontar el racismo estructural y avanzar hacia una sociedad más justa, siempre que las palabras se traduzcan en acciones concretas.
Por: Ricardo Collazos.